lunes, 27 de septiembre de 2010

OTRAS COSITAS







✿Amazonas✿ Música para Reiki✿

RIO AMAZONAS (Musica Instrumental Andina)

region de la amazonia Colombia

VESTUARIO

Vestuario
En esta región la mujer utiliza una falda a media pierna florida y una blusa blanca con cinturones indígenas y collares indígenas. Los hombres se visten con trajes de pescador, pantalones blancos y camisa de color también con collares indígenas. Aunque ahora por lo general no se conserva el estilo indígena por lo que es comun verlos vestidos de ropa sport traida del Brasil o del interior de Colombia.




GASTRONOMIA




Gastronomía
  • Capón de ahuyama
  • Pan de arroz
  • Asaduras
  • Picadillo
  • Guarapo
- El pescado, que se prepara en variadas formas: frito, guisado, en sancocho y en caldos. Va acompañado por la fariña -harina de yuca que constituye la dieta indígena-, la aguadepanela y la chicha de plátano.
- El casabe, una especie de arepa grande elaborada con harina de yuca brava, no puede faltar, como tampoco el pan de trigo y frutas exóticas como el arazá, el copoazú y el anón amazónico.
- El guiso de tortuga de río, con papas, yuca, tomates, cebolla y hojas de cilantro.
- Las bolitas de pirarucú, - pescado de río -.
- El caimarón o uva llanera ofrecida en racimos.
- El agridulce champés, que se parece a la breva o el cacay, similar al cacao, que consume después de secarse y tostarse al sol.
- Se utiliza la "técnica de las tres piedras" para asar y hervir los alimentos.









CULTURA

Cuando viajamos, generalmente nos sumergimos en y que nos son extrañas. Si bien hoy por hoy muchos destinos han desarrollado una industria del que hacen que el viajero pueda conocer lugares sin entrar en contacto con los habitantes del destino elegido, muchas veces el objetivo del que viaja es precisamente conocer una realidad y una cultura diferentes.
A la hora de viajar a la inmensa salva del Amazonas bien podemos optar por tomar una excursión que nos evite entablar un contacto con los habitantes de esta zona y que se centre en el disfrute del paisaje. Sin embargo, siempre es interesante conocer más de esta cultura tan primitiva como natural.
La región de la Amazónica cubre todo el norte de Brasil, gran parte de Perú, Colombia, Ecuador, Venezuela y casi la totalidad de Guayana Francesa, Suriname y Guyana y sus límites son allí dónde termina la vegetación espesa típica de esta región selvática.





La gran cantidad de tribus que viven en esta conforman una cultura muy rica en conocimientos y que aún no ha sido completamente descubierta. Cada tribu tiene sus propios códigos y y están relacionadas en diferentes grados a la sociedad occidental. Algunos científicos aún aseguran que existen tribus que no han sido descubiertas en el interior de la .
La música como eje de las ceremonias tribales es un denominador común entre la diversidad de tribus, especialmente la percusión. También es muy relevante el contacto con la flora y la de la región. Cada tribu, por intermedio de sus sabios, ha desarrollado grandes conocimientos en lo que respecta a las plantas y fluidos animales que tienen componentes medicinales. Hoy por hoy, mucha gene recurre a esta región en busca de medicinas y tratamientos alternativos que continúan sorprendiendo a la medicina occidental.
En lo que respecta a la religión, los mitos y las leyendas abundan en esta zona de , y tienen más relevancia para sus habitantes que los mismos fenómenos científicos. Por eso, el indígena del Amazonas cree mucho más en los mitos de su tribu que en el periódico del día.
Cuando viajamos a esta región, más allá de las precauciones sanitarias que debemos tomar, tendremos que interactuar con mucho respeto y siempre haciéndonos de un buen intérprete y guía (usualmente los mejores son miembros de alguna tribu) que nos sepa llevar por esta cultura llena de encantos y conocimientos ocultos en la espesa vegetación.



CULTURA AMOZONICA COLOMBIANA

La Región Amazónica de Colombia o simplemente Amazonía, comprende el 42% del territorio nacional y es la zona menos poblada del país. A la vez, hace parte de la gran región suramericana de la Selva amazónica, la más extensa zona forestal del mundo que es compartida por Venezuela, Brasil, Colombia, Ecuador, Perú, Guyana, Suriname, y Bolivia. En consecuencia, la Región Amazónica de Colombia es la más forestal con una superficie de 483.119 km cuadrados .

viernes, 24 de septiembre de 2010

JOSE EUSTASIO RIVERA

José Eustasio Rivera
José Eustasio Rivera

José Eustasio Rivera
Nombre
José Eustasio Rivera
Nacimiento
Defunción
Escritor
Nacionalidad
Novela



Estudió en los colegios Santa Librada de Neiva y San Luis Gonzaga de Elías /Huila), y después en la Escuela Normal Central de Bogotá, en donde fue maestro en 1909, así como en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Colombia, alcanzando el grado de doctor en Derecho y Ciencias Políticas el 3 de marzo de 1917.
Fue autor de la novela La vorágine (1924), de corte naturalista, y es una de las más importantes no solo de la literatura colombiana sino de la literatura hispanoamericana, hasta el punto de ser considerada por muchos como la gran novela de la selva latinoamericana. Escribió Oda a san Mateo en honor del héroe de la independencia Antonio Ricaurte, y de más de 168 sonetos de corte parnasiano, que expresan su amor y admiración por la naturaleza, publicados, en parte, en el libro Tierra de promisión (1921) con la que alcanza cierta notoriedad.
La vorágine (1924) relata en primera persona la aventura de Arturo Cova quien huye de las convenciones sociales de la estrecha sociedad colombiana de principios del siglo XX. Esa huida lo lleva a los llanos orientales, extensa regíon de caudalosos ríos, donde se separa intempestivamente de Alicia, su compañera. La búsqueda de Alicia lo llevará a la selva de la amazonía colombiana donde Arturo será testigo de la penosa esclavitud de los trabajadores que extraen el caucho por parte de la casa peruana Arana. La selva, sus ritos ancestrales y sus alucinaciones, y la lucha incansable por sobrevivir en ella son los protagonistas de esta novela que narra además la tragedia social que recuerda la que actualmente padece Colombia. Una novela moderna que quiebra el romanticismo y el costumbrismo que hasta ese momento habían dominado la novela colombiana.
Trabajó como abogado, fue diputado al Congreso e inspector del gobierno en las explotaciones petrolíferas de la región del Magdalena. Estos encargos lo llevaron de nuevo a la selva fronteriza con su ciudad natal, y es esta selva lo que inspira la creación literaria del autor, recuperando en él las raíces de su infancia y la fantasía de su juventud. Fue representante de su país en México (1921), Perú (1924) y Cuba (1928). Participó en la fijación de los límites entre Venezuela y Colombia lo que le permitió conocer Los Llanos y también la selva tropical.
A su muerte su ciudad natal San Mateo, fue renombrada en su memoria "Rivera", nombre que conserva en la actualidad.

COMPARACION DEL MITO PERSONAL CON EL AUTOR

Al hacer una lectura detenida de su infancia y de sus poemas podemos observar el inmenso aprecio que siente por la naturaleza,  ya que una de sus experiencias en su infancia, le permitió el contacto directo con esta y con   todo lo que ella le representa. Los olores, ruidos y texturas de los que habla en sus poemas son el recuerdo que le dejó una infancia rodeada vegetación y animales de campo.
La nostalgia que entre líneas se encuentra en su poesía hace relación a ese sentimiento lùgubre por dejar su tierra natal, lo cual lleva al autor a crear el rechazo
ante un ambiente diferente.

 Otro aspecto que marca su poesía es el sentimiento de fracaso,  de frustración donde deja al descubierto los tropiezos  que le impidieron lograr sus ideales. Uno de ellos fue dejar sus estudios para retornar al campo, por cuestiones económicas de su familia.

  
Su adolescencia algo introvertida y lejos de la naturaleza la podemos ver reflejada en numerosos apartes de sus poemas donde describe la nostalgia:
y luego una recóndita nostalgia me consterna
al ver que ese infinito, que en mis pupilas cabe,
es insondable al vuelo de mi ambición eterna
(Tomado del poema “En la estrellada noche”)

y como es mi destino sufrir con la Natura,
se apagan los crepúsculos entre mi corazón
.(Tomado del poema “Mientras las palmas tiemblan”)

Su personalidad casi hermética, fue la que le permitió que se comunicara con el mundo exterior a través de sus poemas. En ellos, poniendo como pretexto la naturaleza, su más entrañable amor, esbozaba todas aquellas inseguridades, injusticias observadas y deseos de “volver a ser libre” en medio del campo, donde se crió y muy en el fondo, a pesar que su educación lo requería, nunca quiso salir.

MITO PERSONAL

A través de los poemas seleccionados podemos visualizar a un José Eustasio Rivera amante de la naturaleza, se podría decir que al extremo, sensible a todo lo que le representa la naturaleza (amor, esperanza, frustración, muerte, incertidumbre, la decadencia humana, el apego filial).
También se puede deducir a un poeta que no expresa sus miedos de manera consciente ya que exorciza todas sus inseguridades y remordimientos por no lograr cumplir algunos de sus propósitos.
La nostalgia por la insensibilidad del ser humano cuando éste no vive la vida con intensidad preocupándose por las cosas materiales sin valorar la naturaleza que lo rodea.

FIGURA MITICA

LA INDIECITA MAPIRIPANA
Selva amazonica



La indiecita Mapiripana era una india joven, bella y fuerte perteneciente a la tribu de los maipureños colombianos. Es la sacerdotisa de los silencios y la protectora de manantiales y lagunas. Habita en el más oscuro corazón de las selvas, y se dedica a exprimir las nubes, encauzar las filtraciones acuíferas que bajan desordenadas y buscar perlas de agua en los barrancos para formar nuevas vertientes que se encaminen hacia los grandes ríos, como el Orinoco y el Amazonas.

Los indios del lugar le temen a la indiecita, pero ella tolera la cacería siempre que no hagan ruido; los que hacen caso omiso de esto no cazan nada, ya que pueden observarse en la arcilla fina de la ribera de los ríos la huella de la indiecita, que ha pasado asustando a todos los animales. Su pisada es fácil de reconocer; ya que posee un solo pie y camina con el talón hacia adelante, como si lo hiciera retrocediendo. En sus manos carga una planta parásita, y ella fue quien enseñó a los indios a usar los abanicos de palmera. En las noches puede oírsela gritar en la espesura de los bosques, y por las noches de plenilunio se la ve vadera las costas, navegando sobre una concha de tortuga tirada por bufeos que mueven las aletas mientras ella canta.



Se cuenta que hace muchos años llegó a la tierra de la indiecita un misionero que gustaba de emborracharse con jugo de palma y dormir en los arenales con indias impúberes. Como era un emisario de la religión, esperó un día que bajara la india de los remansos del Chupave, para capturarla y quemarla viva. La observó entonces esa noche, robando huevos de terca, vestida con telarañas y apariencia de viudita joven. Comenzó a seguirla con afanes lujuriosos, pero la indiecita le escapaba en la oscuridad y la espesura. La llamaba, gritándole entre los árboles; pero la india no respondía. Así el misionero llegó a una caverna en medio de la selva, donde fue capturado por la indiecita y preso durante muchos años.

Para castigar su lujuria, Mapiripana le chupaba los labios hasta rendirlo, y el clérigo cerraba los ojos, perdiendo la sangre, para no verle el rostro. Ella quedó encinta a los pocos meses y parió dos mellizos: un vampiro y una lechuza, Horrorizado el misionero por haber engendrado esos monstruos, se fugó de la caverna, pero fue perseguido por sus propios hijos, y todas las noches era sangrado por el primero y descubierto y reflejado por el segundo.

Ya desesperado, y tras una larga huida a pie o en balsa por los ríos, se postró para pedirle perdón a Mapiripana, pero esta le respondió “¿Quién puede librarse de sus propios remordimientos?”
Entonces el misionero se entregó a la oración y a la penitencia y murió´ demacrado y envejecido. En su última agonía lo halló la indiecita, revolviendo las manos en el aire, como para agarrar la propia alma que se le escapaba; al morir quedó en el aire revoloteando una mariposa enorme y de alas azules, que es la última visión de los que mueren de fiebres en las selvas colombianas.



ANALISIS PSICOCRITICO DE LA POESIA JOSE EUSTASIO RIVERA


“LA POESÍA MOVILIZA SENTIMIENTOS, DESEOS, FRUSTACIONES, IDEALES QUE PERMITEN AL  AUTOR EXPRESAR MEDIANTE LA MAGIA DE LAS PALABRAS, OCULTANDO SU VERDADERO OBJETIVO, ES AQUÍ DONDE EL LECTOR DEBE SACAR SU SAGACIDAD Y ESCRUDIÑAR EN LO MAS PROFUNDO DEL TEXTO.”


METAFORAS OBSESIVAS
En las obras literarias seleccionadas se denotan diferentes situaciones donde el poeta JOSE EUSTASIO RIVERA permite al lector internarse y asociar un verdadero sentido del poema.
Estas son algunas repeticiones que se encuentran dentro de su más destacada poesía:



Atropellados por la Pampa suelta
los raudos potros en febril disputa;
hacen silbar sobre la sorda ruta
los huracanes en su crin revuelta
     (Tomado del poema “los potros”)


La fugaz mariposa por el monte revuela,
y en esos aires enciende sutilísima estela
con sus pétalos tenues de cambiante zafiro
(Tomado del poema mariposas)

Dentro de las anteriores metáforas se encuentra  descrita la tragedia humana por encontrar un verdadero fin y sentido a la vida. Se compara con el potro por su dificultad de ser domado, se enlaza con la turbulencia del huracán que no permite ver con claridad lo que quiere para una vida verdadera. De  esta misma  forma  relaciona el poema de la mariposa  con la  libertad y los cambios que la vida misma presenta durante su existencia.


Apoyado en el remo avizoro el vacío,
y la luna prolonga mi silueta en el río;
me contemplan los cielos, y del agua al rumor
(tomado del poema “la noche”)



Voy a besar la estrella vespertina
sobre el agua ilusoria de la fuente
                                                                                  (Tomado del poema “Sintiendo”)



Dentro de estos apartes podemos encontrar descrito un sentimiento de dolor que lleva a un presagio de muerte, lo cual se relaciona con la nostalgia, la forma como el ser humano se aferra al sentir la muerte. Esto lo hace presente con la presencia de lo infinito, con la pureza (el agua, la luz, etc.)


y luego una recóndita nostalgia me consterna
al ver que ese infinito, que en mis pupilas cabe,
es insondable al vuelo de mi ambición eterna
(Tomado del poema “En la estrellada noche”)


Mi alma, nube de ocaso, deja lo que perdura;
y como es mi destino sufrir con la Natura,
se apagan los crepúsculos entre mi corazón
.(Tomado del poema “Mientras las palmas tiemblan”)


En estos apartes podemos identificar algunos rasgos de ideales y  desilusiones, en el primer recuadro nos relaciona una nostalgia de lo que quería ser y no pudo ser. Aquí se vislumbra el fracaso, el remordimiento relacionado con la nube de ocaso la cual nos lleva a ver el fracaso y frustración de realizar sus ideales.


y alzando en grupo las cabezas locas
oyen llegar el retrasado viento. (Tomado del poema Los potros)
…la fugaz mariposa por el monte revuela,
y en esos aires enciende sutilísima estela (tomado del poema la mariposa)
…y unos indios desnudos, con curiosa cautela,
van corriendo en la playa para verme pasar. (Tomado del poema Esta noche)
Viajera que hacia el polo marcó su travesía,
la grulla migratoria revuela entre el celaje… (Tomado del poema La grulla)
…inclinada hacia mí, con pesadumbre,
suspira una palmera temblorosa. (Tomado del poema sintiendo)
…se levanta al empuje colosal de sus remos;
zumban ráfagas sordas en las nubes distantes, (Tomado del poema En un bosque saliente)
Naufragada en la niebla, sobre el turbio paisaje
la estremecen los besos de la brisa errabunda… (Tomado del poema Con pausados vaivenes)
…parecen en la errante polvareda
dos tardas pesadumbres del camino. (Tomado del poema Grabando en la llanura)
…en las tardes un águila triunfadora y salvaje
vuela sobre mis tumbos encendidos en grana. (Tomado del poema Soy un grávido rio)
…y al temblor de tus alas resonantes, fulgía
todo el sol en mis ojos y en el valle risueño. (Tomado del poema Vibradora cigarra)
…mientras las palmas tiemblan, un arrebol ligero
en solitarias ciénagas disuelve su rubí; (Tomado del poema Mientras las palmas tiemblan)


En los anteriores apartes de los poemas de José Eustasio Rivera podemos observar como metáfora obsesiva la AGITACIÓN y el  DESPLAZAMIENTO que nos llevan a pensar en un José Eustasio Rivera preocupado por la vida agitada y sin rumbo del  ser humano; Son los animales salvajes los que le permiten exorcizar esos miedos hacia el futuro, futuro que, para él, es muy incierto. La incertidumbre es citada por el autor cuando habla de los diferentes animales que componen la naturaleza, èstos no tienen un destino fijo, sino que deambulan por los caminos.


resoplan roncos, ante el sol violento.
Y alzando en grupo las cabezas locas
oyen llegar el retrasado viento. (Tomado del poema Los potros)

y al flotar en la lumbre que en los ámbitos riela,
vibra el sol y en la brisa se difunde un suspiro. (Tomado del poema Alas de seda)

El fogón de la prora, con su alegre candela,
me enciende en oro trémulo como a un dios tutelar (Tomado del poema Esta noche)

tiembla ante el sol, que, trágico, desde la sien del monte,
extiende, como un águila, sus grandes alas rojas. (Tomado del poema La grulla)

y al llenar el espacio con su cauda sonora,
quema el sol los encajes de su heroica gorguera.( Tomado del poema En un bloque saliente)


Podemos observar en la mayoría de sus poemas la presencia de la luz (representada en el sol, hogueras) y de la oscuridad (representada en la noche, la presencia de la luna sobre las aguas turbias) lo que nos puede conducir a una lucha interior entre sus inseguridades (la oscuridad) y sus deseos más puros (la luz)






  • en el monte hay cocuyos, y mi balsa que riela
va borrando luceros sobre el agua estelar. (Tomado del poema Esta noche)




  • voy a besar la estrella vespertina
sobre el agua ilusoria de la fuente.( Tomado del poema Sintiendo)




  • y en su lánguido ensueño, solitaria murmura
ante el sol moribundo sus congojas al río.( Tomado del poema Con pausados vaivenes)




  • Soy un grávido río, y a la luz meridiana
ruedo bajo los ámbitos reflejando el paisaje (Tomado del poema Soy un grávido rio)


En estos apartados hace presencia el agua que representa en José Eustasio Rivera, la delicadeza y el contacto con la naturaleza, esa transparencia que tal vez busca en el ser humano y que proyecta a través de sus escritos. La libertad podría ser otro de los puntos que Rivera quisiera proyectar ya que el agua que el menciona siempre corre sin limites ni restricciones.

TRAS LA MAGIA OCULTA EN EL RINCON DE LA SELVA

LOS POTROS
Atropellados por la Pampa suelta
los raudos potros en febril disputa;
hacen silbar sobre la sorda ruta
los huracanes en su crin revuelta.
Atrás dejando la llanura envuelta
en Polvo, alargan la cerviz enjuta.
Y a su carrera retumbante y bruta
cimbran los pinos y la palma esbelta
Ya cuando cruzan el austral peñasco
vibra un relincho por las altas rocas;
entonces paran el triunfante casco,
resoplan roncos, ante el sol violento.
Y alzando en grupo las cabezas locas
oyen llegar el retrasado viento.


Alas De Seda
(LA MARIPOSA)
Persiguiendo el perfume de risueño retiro,
la fugaz mariposa por el monte revuela,
y en esos aires enciende sutilisima estela
con sus pétalos tenues de cambiante zafiro.
En la ronda versátil de su trémulo giro
esclarece las grutas como azul lentejuela;
y al flotar en la lumbre que en los ámbitos riela,
vibra el sol y en la brisa se difunde un suspiro.
Al rumor de las lianas y al vaivén de las quinas,
resplandece en la fronda de las altas colinas,
polvoreando de plata la florida arboleda;
y la gloriosa en el brillo de sus luces triunfales,
sobre el limpio remanso de sernos cristales
pasa, sin hacer sombra, con sus alas de seda.



Esta Noche

Esta noche el paisaje soñador se niquela
con la blanda caricia de la lumbre lunar;
en el monte hay cocuyos, y mi balsa que riela
va borrando luceros sobre el agua estelar.
El fogón de la prora, con su alegre candela,
me enciende en oro trémulo como a un dios tutelar;
y unos indios desnudos, con curiosa cautela,
van corriendo en la playa para verme pasar.
Apoyado en el remo avizoro el vacío,
y la luna prolonga mi silueta en el río;
me contemplan los cielos, y del agua al rumor
alzo tristes cantares en la noche perpleja,
y a la voz del bambuco que en la sombra se aleja,
la montaña responde con un vago clamor.



LA GRULLA
Viajera que hacia el polo marcó su travesía,
la grulla migratoria revuela entre el celaje;
y en pos de la bandada, que la olvidó en el viaje,
aflige con sus remos la inmensidad sombría.
Sin rumbo, ya cansada, prolonga todavía
sus gritos melancólicos en el hostil paisaje;
y luego, por las ráfagas vencido su plumaje,
desciende a las llanuras donde se apaga el día.
Huérfana, sobre el cámbulo florido de la vega,
se arropa con el ala mientras la noche llega.
Y cuando huyendo al triste murmurio de las hojas
de nuevo cruza el éter azul del horizonte,
tiembla ante el sol, que, trágico, desde la sien del monte,
extiende, como un águila, sus grandes alas rojas.



SINTIENDO
Sintiendo que en mi espíritu doliente
la ternura romántica germina,
voy a besar la estrella vespertina
sobre el agua ilusoria de la fuente.
Mas cuando hacia el fulgor cerulescente
mi labio melancólico se inclina,
oigo como una voz ultradivina
de alguien que me celara en el ambiente.
Y al pensar que tu espíritu me asiste,
torno los ojos a la pampa triste;
¡nadie!… Sólo el crepúsculo de rosa.
Mas, ¡ay!, que entre la tímida vislumbre,
inclinada hacia mí, con pesadumbre,
suspira una palmera temblorosa.


EN LA ESTRELLADA NOCHE

En la estrellada noche de vibración tranquila,
descorre ante mis ojos sus velos el arcano,
y al giro de los orbes en el cenit lejano,
ante mi absorto espíritu la eternidad desfila.

Ávido de la pléyade que en el azul rutila,
sube con ala enorme mi numen soberano,
y alta de ensueño, y libre del horizonte humano,
mi sien, como una torre, la inmensidad vigila.

Mas no se sacia el alma con la visión del cielo:
cuando en la paz sin límites al cosmos interpelo,
lo que los astros callan mi corazón lo sabe;

y luego una recóndita nostalgia me consterna
al ver que ese infinito, que en mis pupilas cabe,
es insondable al vuelo de mi ambición eterna.

EN UN BLOQUE SALIENTE

En un bloque saliente de la audaz cordillera
el cóndor soberano los jaguares devora;
y olvidando la presa, las alturas explora
con sus ojos de un vivo resplandor de lumbrera.

Entre locos planetas ha girado en la esfera;
vencedor de los vientos, lo abrillanta la aurora,
y al llenar el espacio con su cauda sonora,
quema el sol los encajes de su heroica gorguera.

Recordando en la roca los silencios supremos,
se levanta al empuje colosal de sus remos;
zumban ráfagas sordas en las nubes distantes,

y violando el misterio que en el éter se encierra,
llega al sol, y al tenderle los plumones triunfantes
va corriendo una sombra sobre toda la tierra.


CON PAUSADOS VAIVENES

Con pausados vaivenes refrescando el estío,
la palmera engalana la silente llanura;
y en su lánguido ensueño, solitaria murmura
ante el sol moribundo sus congojas al río.

Encendida en el lampo que arrebola el vacío,
presintiendo las sombras, desfallece en la altura;
y sus flecos suspiran un rumor de ternura
cuando vienen las garzas por el cielo sombrío.

Naufragada en la niebla, sobre el turbio paisaje
la estremecen los besos de la brisa errabunda;
y al morir en sus frondas el lejano celaje,

se abandona al silencio de las noches más bellas,
y en el diáfano azogue de la linfa profunda
resplandece cargada de racimos de estrellas.

GRABANDO EN LA LLANURA
Grabando en la llanura las pisadas,
y ambos, uncida al yugo la cabeza,
dos bueyes de humillada fortaleza
pasan ante las tímidas vacadas.

Por el pincho las pieles torturadas
fruncen con una impávida entereza;
y al canto del boyero, con tristeza
revuelven las pupilas agrandadas.

Mientras flora la rueda, el correaje
chirría en los cuernos, y la ruta queda
bordada, a trechos, de espumoso encaje;

y ellos, bajo el topacio vespertino,
parecen en la errante polvareda
dos tardas pesadumbres del camino.


SOY UN GRÁVIDO RÍO...
Soy un grávido río, y a la luz meridiana
ruedo bajo los ámbitos reflejando el paisaje;
y en el hondo murmullo de mi audaz oleaje
se oye la voz solemne de la selva lejana.

Flota el sol entre el nimbo de mi espuma liviana;
y peinando en los vientos el sonoro plumaje,
en las tardes un águila triunfadora y salvaje
vuela sobre mis tumbos encendidos en grana.

Turbio de pesadumbre y anchuroso y profundo,
al pasar ante el monte que en las nubes descuella
con mi trueno espumante sus contornos inundo;

y después, remansado bajo plácidas frondas,
purifico mis aguas esperando una estrella
que vendrá de los cielos a bogar en mis ondas.


CANTADORA SENCILLA...

Cantadora sencilla de una gran pesadumbre,
entre ocultos follajes, la paloma torcaz
acongoja las selvas con su blanda quejumbre,
picoteando arrayanes y pepitas de agraz.

Arrurruúu... canta viendo la primera vislumbre;
y después, por las tardes, al reflejo fugaz,
en la copa del guáimaro que domina la cumbre
ve llenarse las lomas de silencio y de paz.

Entreabiertas las alas que la luz tornasola,
se entristece, la pobre, de encontrarse tan sola;
y esponjado el plumaje como leve capuz,

al impulso materno de sus tiernas entrañas,
amorosa se pone a arrullar las montañas...
y se duermen los montes... y se apaga la lu


VIBRADORA CIGARRA...

Vibradora cigarra: con tu lírico empeño
los veranos cantabas en la azul lejanía,
y al temblor de tus alas resonantes, fulgía
todo el sol en mis ojos y en el valle risueño.

Y callabas al verme por el linde pampeño
divagar, cuando el rayo moribundo del día,
con las blondas palmeras que la tarde mecía
tuve amores, y el llano me enseñaba el ensueño.

Hoy que lánguidas brumas se vistió la pradera,
algo espera mi alma sin saber lo que espera:
¡que el sol brille, que vuelvas y en la luz te remontes!

Ni siquiera un celaje sobre el páramo eterno...
Como tú ya no cantas, ha venido el invierno
y las mudas neblinas encanecen los montes.




MIENTRAS LAS PALMAS TIEMBLAN...


Mientras las palmas tiemblan, un arrebol ligero
en solitarias ciénagas disuelve su rubí;
todo se apesadumbra, y hacia lejano estero,
sonroja en el crepúsculo sus alas un neblí.

Algo desconocido del horizonte espero...
¡Vana ilusión! Nublóse la franja carmesí;
ya suspiró la tierra bajo el primer lucero,
y siento que otros seres lloran dentro de mí.

Me borrará la noche. Mañana otro celaje;
¿y quién cuando yo muera consolará el paisaje?
¿Por qué todas las tardes me duele esta emoción?

Mi alma, nube de ocaso, deja lo que perdura;
y como es mi destino sufrir con la Natura,
se apagan los crepúsculos entre mi corazón.